martes, 18 de marzo de 2025

Orgulloso de ser burro

Érase una vez un grupo de burros que vivían en un establo árabe. Un día, un burro se negó a comer y su cuerpo se debilitó, se le cayeron las orejas y casi cayó al suelo.
El padre burro notó que la condición de su hijo empeoraba día a día y quiso entender la razón. Fue a hablar con su hijo para tratar de comprender su deteriorada condición física y mental.
-- ¿Qué te pasa, hijo mío? Te traje la mejor cebada y aun así te niegas a comerla. Dime, ¿qué te pasa? ¿Por qué te haces esto? ¿Alguien te está molestando?
Su hijo levantó la cabeza y le dijo a su padre: Sí padre, la gente...
El padre burro se sorprendió y le preguntó a su hijo:
-- ¿Qué le pasa a la gente, hijo mío?
-- Se burlan de nosotros, los burros. Cuando alguno de ellos hace algo malo, lo llaman 'burro'. ¿De verdad somos así? A sus tontos les llaman burros, pero nosotros no somos así, papá. Trabajamos sin descanso, entendemos y tenemos sentimientos.
El padre burro no sabía cómo responder a la difícil situación de su hijo, pero trató de persuadirlo moviendo sus orejas de un lado a otro y diciéndole:
-- Hijo mío, los humanos fueron creados por Dios y fueron hechos superiores a las demás criaturas, pero se causaron mucho daño a sí mismos y han comenzado a dañarnos también a nosotros, los burros. ¿Alguna vez has visto a un burro robar el dinero de su hermano? ¿Alguna vez has visto a un burro atormentando a otros burros sólo porque son débiles o porque no le gusta lo que dicen? ¿Alguna vez has visto un burro que discrimina por color, género e idioma? ¿Has oído hablar de la cumbre de burros que no saben por qué están reunidos? ¿Has oído que los burros de un lugar planean matar burros de otro lugar para obtener cebada? ¿Alguna vez has visto a un burro dividir a su familia por razones sectarias? ¡Seguro que nunca has oído hablar de tales crímenes contra la humanidad en el mundo de los burros! Pero la gente no conoce la sabiduría de su creación y actúa en consecuencia. Así que, hijo, quiero que uses tu mente de burro y mantengas mi cabeza y la cabeza de tu madre en alto. Tú, ‘hijo de burro, sigue siendo burro’. Hijo, que digan lo que digan. Lo que para nosotros es motivo de orgullo es que no mentimos, no matamos, no robamos, no chismeamos, no maldecimos y no bailamos de alegría entre los heridos y los muertos.
Estas palabras impresionaron al hijo del burro y comenzó a comer la cebada y dijo:
-- Sí, padre, seguiré siendo como tú. Estaré orgulloso de ser burro hijo del burro, no seré destruido por ser un ser malvado seguiré siendo burro, solo un poco necio, pero ¡nunca tonto!

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