sábado, 14 de enero de 2017

La historia de la madre en el asilo

Un matrimonio anciano vivía en su casa tranquilamente. El esposo, con mejor salud, cuidaba y atendía a su esposa que estaba más delicada. Su hijo los visitaba muy de vez en cuando. 
Ocurrió que el padre murió de forma repentina. El hijo, agobiado por el trabajo y las ocupaciones, no podía atender a su madre de forma adecuada por lo cual decidió llevarla a un asilo. Solo la visitaba una vez al mes, y, en ocasiones, pasaba más tiempo sin ir a verla.
Todo cambió cuando un día recibió una llamada de ese asilo, informándole que su madre estaba muriendo. Rápidamente dejó todo lo que estaba haciendo y fue deprisa al lugar antes de que ella falleciera.
Cuando llegó, la primera pregunta que le hizo a su madre fue:
- “¿Qué quieres que haga por ti, mamá?”
A lo que su madre respondió lo siguiente:
- “Siembra amor. Y también quiero que coloques ventiladores en el asilo porque, como no hay, el calor es insoportable, quiero que compres refrigeradores también, para que la comida no se estropee, muchas noches tuve que ir a cama sin haber comido nada.”
Sorprendido su hijo le pregunta:
- “Pero ¿por qué ahora me estás pidiendo estas cosas, cuando estás a punto de irte? ¿Por qué no me lo dijiste antes?”
A lo cual la madre le responde muy triste:
- “Yo me acostumbré a convivir con el hambre y el calor, pero mi miedo es que tú no puedas acostumbrarte cuando tus hijos no se esfuercen en cuidarte en tu casa y te envíen aquí, cuando estés viejo.

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