domingo, 11 de junio de 2017

Empapados

Pachi Loidi

Tanto amó Dios al mundo,
tanto, tanto, tantísimo,
que le entregó lo más querido que tenía.
Y el Hijo se dio y nos entregó su Espíritu y su Padre,
como un regalo de su entraña viva.
Y de donado se hizo donador,
soplándonos el mismo Espíritu que a él lo conducía.
Después aquel Amor se multiplica en cada aliento,
en cada golpe de respiración
y en todas las miradas compasivas del Hijo amado.
Ya no sabemos si lo trasportamos dentro o fuera,
a la derecha o a la izquierda,
encima de nosotros o debajo.
Solo sentimos que estamos empapados por el Espíritu.

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