En una ocasión, un muchacho de 17 años se quejaba al gran escritor
Mark Twain respecto de su padre. Le decía:
- No nos entendemos, nos pasamos el día discutiendo. Es tan antiguo
que no tiene ninguna sensibilidad para las cosas actuales. ¿Qué debo hacer? ¡Estoy
decidido a marcharme de casa!
Mark Twain le contestó:
- Te comprendo perfectamente. Cuando yo tenía 17 años, también mi padre era así
de conservador, no podía soportarlo. Debes tener un poco de paciencia con los viejos,
son lentos para los cambios. Cuando tuve 27 años, mi padre ya había progresado
mucho, se podía hablar con él de modo razonable. Y, actualmente, después de otros
10 años, no lo creerás; pero, cuando ya no sé qué hacer, voy y le pido un consejo
a mi viejo padre. ¡Fíjate cómo pueden cambiar los viejos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario