sábado, 29 de agosto de 2020

Gracias por los Amigos

               Marcelo A. Murúa 

Te doy gracias, Padre Bueno, Dios de la Vida, 
por los amigos que me regalas en el camino de la vida. 
Mis amigos me alientan, Señor. 
Saben encontrar lo mejor de mí mismo. 
Me aceptan como soy y se alegran con lo bueno que tengo. 
Me ayudan a caminar con nuevas fuerzas 
y me estimulan a buscar nuevas metas. 
Ellos me acompañan, me aconsejan, siempre están atentos, 
dispuestos a ayudarme y a escuchar mis palabras. 
Me recuerdan tu Presencia, Padre Bueno, Dios de la Vida. 
Tu presencia compañera, peregrina a mi lado, siempre a la espera. 
En el crisol de la fidelidad. 
Con mis amigos, Señor, comparto mis sueños, 
mis esperanzas, mis locas utopías de un mundo nuevo. 
Con ellos intentamos aportar nuestro granito de arena 
para que los sueños se vuelvan realidad, 
y las utopías se acerquen en la historia y en la vida cotidiana. 
Me recuerdan tu Presencia, Padre Bueno, Dios de la Vida. 
Tu presencia que señala el horizonte, 
que enseña a mirar más allá, que ayuda a pensar en los otros, 
que muestra el camino del compromiso. 
Buscando la utopía del Reino de los Cielos. 
En el crisol de la Esperanza compartida.

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