San Agustín (Confesiones 10,27,38)
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí, y yo estaba fuera,
y por fuera te buscaba,
y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por ti.
Tú estabas conmigo, y yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de ti todas las cosas,
que, si no existieran en ti, nada serían.
Me llamaste y clamaste, y rompiste mi ceguera.
Brillaste y resplandeciste, y pusiste en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiro por ti.
Gusté de ti, y siento hambre y sed.
Me tocaste, y me abraso en tu paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario