jueves, 3 de diciembre de 2020

Quiero estar en vela, Señor

Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra.
Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar.
Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría.
Quiero estar en vela, Señor.
Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro.
Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos.
Que, las cosas efímeras, no se antepongan sobre las definitivas.
Quiero estar en vela, Señor. Y que, cuando nazcas, yo pueda velarte.
Para que, cuando vengas, salga a recibirte.
Y que, cuando llores, yo te pueda arrullar.
Quiero estar en vela, Señor. Para que, la violencia, de lugar a la paz.
Para que los enemigos se den la mano.
Para que la oscuridad sea vencida por la luz.
Para que el cielo se abra sobre la tierra.
Quiero estar en vela, Señor.
Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza.
Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío.
Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza.
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado.
Quiero estar en vela, Señor.
Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas.
Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas.
Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte.
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que tú me das.
Quiero estar en vela, Señor.
Porque, tu Nacimiento, será la mejor noticia de la Noche Santa,
que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!

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