domingo, 30 de octubre de 2022

Zaqueo se subió al árbol

    Mari Patxi Ayerra

Yo, para seguirte, Señor,
para mantener fuerte mi relación contigo,
tengo que salir de la normalidad
y retirarme contigo a un lugar tranquilo.
Porque cuando me aparto de lo cotidiano,
para encontrarme a solas contigo,
silenciando los ruidos exteriores
y hasta las músicas interiores,
es cuando consigo escuchar tu llamada,
es cuando te oigo nombrarme por mi nombre,
es cuando siento que quieres visitarme,
tienes muchas cosas que decirme
y un plan de vida especial que proponerme.
A veces, Señor, me engaño
creyendo que puedo encontrarte en el ruido,
pero la verdad es que para hablarme al corazón
necesitas que te escuche del todo,
apartándome de lo que me distrae,
escondiéndome un poco de la actividad,
huyendo de los ocios que me entretienen,
y eligiéndote a Ti, sobre todas las cosas,
como el alimento más importante,
el lujo más exquisito y el amante más especial.
Entonces, sólo entonces, es cuando disfruto de la oración,
de nuestro encuentro y de la fuerza de tu Espíritu como impulso vital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario