martes, 1 de noviembre de 2022

El funeral de su hermano

Esta es la historia de dos hermanos que eran conocidos en la ciudad donde vivían por estar envueltos en toda clase de engaños y corrupciones y que habían acumulado una gran fortuna gracias a sus malvadas artimañas.
Cuando murió el hermano mayor nadie lo sintió. Su hermano quiso hacerle un gran funeral. Pero como nunca habían asistido a ninguna iglesia le resultaba difícil encontrar una que quisiera celebrar el funeral. El hermano se enteró de que una iglesia estaba recaudando dinero para hacer una importante reforma, así que se puso en contacto con el reverendo.
- Reverendo, le dijo, como sabe ni mi hermano ni yo nunca hemos asistido ni a su iglesia ni a ninguna otra. Y supongo que habrá oído toda clase de chismes sobre nosotros, pero deseo celebrar el funeral de mi hermano. Y si usted dice que mi hermano era un santo, le firmaré un cheque por cien mil dólares. Eso le ayudará a los arreglos de su iglesia.
Después de pensarlo un rato, el pastor le dijo que celebraría el funeral, pero tenía que pagar por adelantado. Y así lo hizo.
El día del funeral la iglesia estaba llena. La gente acudió por curiosidad para ver lo que el pastor decía de aquel ladrón y blasfemo.
La ceremonia comenzó con cantos y lecturas bíblicas. En la homilía el pastor pronunció una larga letanía de todas las fechorías de aquel individuo: egoísmo, avaricia, corrupción, mujeriego, bebedor…
El hermano menor, sentado en el primer banco, empezó a ponerse nervioso pues el pastor no estaba cumpliendo lo pactado. Después de diez minutos de denigrar a su hermano el pastor concluyó su homilía diciendo:
- Sí, amigos, este hombre era un desastre y un perfecto estafador, pero comparado con su hermano, era un santo.

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