sábado, 1 de junio de 2019

Silencio de María

        J. Leoz

Nunca, María, una mujer como Tú sin decir nada, dijo tanto.
Vale más, tu actitud de escucha, que mil palabras.
Hablan más tus obras que un libro de cientos de páginas.
Nunca, María, nadie como Tú dijo tanto en tan poco espacio de tiempo.
Con un ¡Sí!, comenzó Dios a hacerse grande en tu seno.
Con un ¡Sí!, germinó Jesús en tus entrañas.
Con un ¡Sí!, Belén preparó humilde morada al Niño.
Sí, María; tus hechos fueron más elocuentes que tus dichos.
Tu sencillez más certera que tus palabras.
Tu silencio, el secreto más profundo de tus galanteos con el Espíritu.
Si, María; enséñanos el difícil arte de decir poco y hacer mucho.
Sí, María; enséñanos a ahorrar palabras y regalarnos en gestos.
Enséñanos a construir la escuela del silencio,
el aula de la paz y de la mansedumbre, el desierto de la calma y el misterio
el oasis donde Dios, de forma determinante, habla para quien lo busca.

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