domingo, 22 de septiembre de 2019

Libera mi corazón, Señor

Señor, no dejes que mi corazón
se aferre a los ídolos del poder y del tener.
Amarte a ti con todo el corazón
me libera del ansia, de la avaricia, de la ambición,
del miedo de no tener nunca bastante.
Amarte con todo el corazón
me abre al gozo de compartir, de dar y recibir
los bienes que has puesto a nuestra disposición
según las necesidades de cada uno.
Entonces el mundo deja de ser un campo de batalla
del egoísmo y el ansia de tener
y empieza a asemejarse a una gran familia,
la familia de los hijos de Dios.
Entonces el dinero deja de ser un arma peligrosa
y se convierte en un instrumento muy útil
al servicio del bienestar universal.

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