domingo, 2 de julio de 2023

La anciana y los abogados

Los Abogados jamás deberían hacerle una pregunta a una anciana, si no se encuentran preparados para la respuesta.
Dicen que, durante un juicio en un pequeño pueblo, el abogado acusador llamó al estrado a su primera testigo, una mujer de avanzada edad.
El abogado se acerca y para comprobar su estado mental, le pregunta:
- 'Sra. Sánchez: ¿sabe usted quién soy?'
Ella, con la calma que dan los años, le respondió:
- ¡Si señor Vargas! Lo conozco desde que era un niño, y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saberlo todo, es muy prepotente, abusón, engaña a su esposa y lo peor de todo, manipula a las personas, se cree el mejor de todos cuando en realidad no es nadie. Si señor, lo conozco muy bien...
Un gran silencio invadió la sala... El Abogado se quedó perplejo, sin saber qué hacer.
Reaccionando después del asombro por lo que había escuchado, apuntó hacia la sala y le preguntó a la anciana:
- ¿Conoce Usted al abogado de la defensa?
Nuevamente y con la misma calma, ella le respondió:
- ¡Claro que conozco al Sr. García!, desde que era un niño. Su madre, viuda, tampoco está orgullosa de él; se parece mucho a usted, pero además es un zángano, tramposo y corrupto. Desde chiquillo fue un vago y para, su desgracia, tiene problemas con la bebida. No puede tener una relación normal con nadie y junto con usted, son los peores abogados de la región; sin mencionar que engaña a su esposa con tres mujeres, una de ellas la esposa suya. Sí señor, conozco al Sr. García.
¡El abogado de la defensa casi cae como muerto; indefenso ante la verdad hecha verbo!
Entonces, el Juez llama a los dos abogados para que se acerquen al estrado, y les dice:
- Si alguno de ustedes, par de hijos de su mamá, le pregunta a esta señora si me conoce a mí ¡¡¡Los mando a la Silla Eléctrica!!!

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