martes, 6 de febrero de 2024

Fregar los platos

Un amigo vino a mi casa a tomar café, nos sentamos y charlamos, hablando de la vida. En un cierto punto de la conversación, le dije: "voy a fregar los platos y vuelvo enseguida".
Él me miró perplejo y extrañado. Entonces me dijo con admiración:
- Me alegra que ayudes a tu mujer, yo no ayudo porque cuando hago algo mi mujer no me lo agradece. La semana pasada fregué el suelo de casa y ni un gracias.
Volví a sentarme con él y le expliqué que yo no "ayudo" a mi esposa. En realidad, mi mujer no necesita ayuda, ella necesita un socio. Yo soy un socio en casa y en esa sociedad dividimos las funciones, pero no se trata de una "ayuda" como las tareas de casa.
Yo no ayudo a mi esposa a limpiar la casa porque yo también vivo aquí y es necesario que yo también limpie. Yo no ayudo a mi mujer a cocinar porque yo también quiero comer y es necesario que yo también cocine. Yo no ayudo a mi mujer a lavar los platos después de comer porque yo también uso esos platos.
Yo no ayudo a mi esposa con sus hijos porque también son mis hijos y mi trabajo es ser padre. Yo no ayudo a mi mujer a lavar, tender o doblar la ropa, porque la ropa también es mía y de mis hijos.
Yo no soy una ayuda en casa, soy parte de la casa. Y con respecto a elogiar, le pregunté a mi amigo ¿cuándo fue la última vez que, después de que tu mujer terminó de limpiar la casa, lavar la ropa, cambiar las sábanas de la cama, bañar a sus hijos, cocinar, organizar, etc., le dijiste gracias?
Pero un gracias de verdad: Wow, ¡¡¡cariño, eres fantástica!!!
¿Eso te parece absurdo o extraño? En cambio, por una vez que limpias el suelo, esperabas, al menos, un reconocimiento y agradecimiento... ¿por qué? ¿Nunca pensaste en eso amigo?
Tal vez porque te parece que todo eso sea tarea de ella.
¿Tal vez has sido educado en que todo esto se hace sin tener que mover un dedo? Entonces elogia a tu esposa como tu querías ser elogiado, de la misma forma, con la misma intensidad. Échale una mano, compórtate como un verdadero compañero, no como un huésped que solo va a casa para comer, dormir, bañarse y satisfacer los deseos sexuales... Siéntete como en casa, ¡en tu casa!

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