lunes, 16 de enero de 2017

¿Es usted judío?

Prejuicios

Por lo general, la realidad no es lo que es, sino lo que nosotros hemos decidido que sea:
Una viejecita judía ocupa su asiento en un avión, junto a un enorme sueco al que se queda mirando fijamente. Luego, dirigiéndose a él, le dice:
- «Perdone, señor... ¿es usted judío?».
- «No», le responde el sueco.
Pocos minutos más tarde, ella vuelve a insistir:
- «¿Podría usted decirme, y perdone la molestia, si es usted judío?».
- «¡Le aseguro a usted que no!», responde él.
Ella se queda escudriñándole durante unos minutos y vuelve a la carga:
- «Habría jurado que era usted judío...».
Para acabar con tan enojosa situación, el hombre le dice a la anciana:
- «¡Está bien; sí, soy judío!».
Ella vuelve a mirarle, sacude su cabeza y dice:
- «Pues la verdad es, que no lo parece».
Primero sacamos nuestras conclusiones... y luego hallamos la forma de llegar a ellas.

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