viernes, 26 de mayo de 2017

Palabras de María

Javier  Leoz 

Que no dude de Dios, aunque me parezca imposible
Que, siendo libre, no me olvide de Dios
Que siendo esclavo, me sienta libre en Dios
Que me alegre por el hecho de haber sido tocado por Dios
Que nunca deje de llamarte: ¡bienaventurada!
Que disfrute con tantas cosas que Dios hace por mí y en mí
Que disperse de mí, como lo hizo en ti, la soberbia y el orgullo
Que me haga gustar la grandeza de la pobreza y la miseria de la riqueza
Que me colme de lo bueno para vivir
y me aparte del maligno que me hacer morir.
Y si en algún instante, María rompo con la palabra que dí a Dios:
te pido me recuerdes que la proeza no está en el la cantidad,
sino en la calidad de lo que se da.
Que al igual que Tú, María,
sepa darme y no contentarme con dar.

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