domingo, 28 de mayo de 2017

Cuánto quieres a papá

Meditaba en su despacho un predicador, buscando una ilustración sobre el amor. De pronto entró su hija pequeña, diciendo:
- Papá, siéntame un poco sobre tus rodillas.
- No, mi niña, no puedo ahora; estoy muy ocupado –contestó el papá.
- Quiero sentarme un momento en tus rodillas, súbeme, papá -insistió ella.
El papá no pudo negarse a una súplica tan tierna, tomó a la niña, la puso en sus rodillas y dijo:
- Hijita mía, ¿quieres mucho a papá?
- Sí que te quiero –contestó la niña-, te quiero mucho, papá.
- ¿Cuánto me quieres, pues? –preguntó el papá.
La niña colocó sus manitas en las mejillas de su padre, y apretándolas suavemente, contestó con afecto:
- Te quiero con todo mi corazón y con mis dos manos.
Esta respuesta encerraba en pocas palabras lo que debe entenderse por una dedicación completa, y dio al predicador el ejemplo que buscaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario