miércoles, 24 de mayo de 2017

Oración de consagración a María Auxiliadora

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, 
Madre nuestra y poderoso Auxilio de los Cristianos! 
Nosotros nos consagramos a tu dulce amor y a tu santo servicio. 
Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, 
el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, 
y prometemos obrar siempre para mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del Pueblo Cristiano, 
continúa siéndolo especialmente en estos días. 
Ilumina y fortalece a los obispos y sacerdotes 
y tenlos siempre unidos al Papa, maestro infalible; 
promueve las vocaciones y aumenta el número de los ministros, 
a fin de que, por medio de ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros 
y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.
Te suplicamos ¡oh dulce Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada 
de la juventud expuesta a tantos peligros, ni de los pobres pecadores: 
sé para todos ¡oh María! Esperanza nuestra, Madre de Misericordia y Puerta del Cielo.
Te suplicamos, oh Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, 
particularmente la sencilla modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, 
a fin de que, con tu presencia, con nuestras palabras y con nuestro ejemplo, 
seamos, en medio del mundo, signos tu Hijo, Jesús, logremos que te conozcan y amen 
y podamos, conducir a la salvación a muchas almas.
Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal manto; 
haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza; 
y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, 
el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, 
que nos mantengamos fieles en la vida y en la muerte, 
para que podamos formarte una corona en el Paraíso. Así sea

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