miércoles, 4 de abril de 2018

Los dos de Emaús

           J. L. Martín Descalzo

Lo mismo que los dos de Emaús aquel día
también yo marcho ahora decepcionado y triste
pensando que en el mundo todo es muy fuerte y fracaso.
El dolor es más fuerte que yo, me acogota la soledad
y digo que tú, Señor, nos has abandonado.
Si leo tus palabras me resultan insípidas,
si miro a mis hermanos me parecen hostiles,
si examino el futuro sólo veo incertidumbres.
Pienso que la fe es un fracaso,
que he perdido mi tiempo siguiéndote y buscándote
y hasta me parece que triunfan y viven más alegres
los que adoran el dulce becerro del dinero y del vicio.
Me alejo de tu cruz, busco el descanso en mi casa de olvidos,
Dispuesto a alimentarse desde hoy en las viñas de la mediocridad.
No he perdido la fe, pero sí la esperanza,
sí el coraje de seguir apostando por ti.
¿Y no podrías salir hoy al camino
y pasear conmigo como aquella mañana con los dos de Emaús?
¿No podrías descubrirme el secreto de tu santa Palabra
y conseguir que vuelva a calentar mi entraña?
¿No podrías quedarte a cenar con nosotros
y hacer que descubramos tu presencia en el Pan?

No hay comentarios:

Publicar un comentario