jueves, 8 de noviembre de 2018

No dejar nada para después

Hace un tiempo en la presentación de un hotel, nos regalaron a los asistentes un bolígrafo de una marca muy reconocida. Era muy elegante, bañado en oro y personalizado con el nombre de cada uno. En fin, un gran regalo.
Decidí guardarlo para un acontecimiento especial. A veces pensaba en usarlo, pero me decía a mi mismo que era mejor en otra ocasión. Diariamente lo llevaba, pero no lo utilizaba esperando usarlo solamente para una ocasión especial.
Pasado el tiempo tuve que ir a firmar un contrato a un importante banco y decidí utilizarlo. Para mi sorpresa, cuando intenté escribir la tinta se había secado por falta de uso.

Eso mismo nos sucede con nuestros dones y medios, aquellos que Dios nos da y nos pide ponerlos al servicio de los demás. Piénsalo bien, podrías estar secando tus virtudes, y cuando llegues delante de Dios llevarás un bolígrafo muy elegante, pero que no sirve para nada.
Lo bueno es que hoy es una buena oportunidad de hacer el bien al prójimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario