miércoles, 19 de diciembre de 2018

Las manos más hermosas

Cuenta una leyenda que hace muchos años vivían tres hermosas princesas en un palacio real. Una mañana, mientras paseaban por el maravilloso jardín con sus fuentes y rosales, empezaron a preguntarse cuál de las tres tenía las manos más hermosas. 
Elena, que se había teñido los dedos de rojo cogiendo unas fresas, aseguraba que las suyas eran las más hermosas. 
Antonieta, que había estado entre las rosas y sus manos había quedado impregnadas de perfume, no tenía la menor duda de que las suyas eran las más bellas.
Juana había metido los dedos en el arroyo cristalino y las gotas de agua brillaban como diamantes. También ella estaba convencida de que sus manos eran las más hermosas.
En esos momentos, llegó una muchacha pobre y les pidió una limosna. Las princesas, al ver su aspecto sucio y lamentable, pusieron cara de asco y se fueron de allí. La mendiga llamó a una cabaña que se hallaba cerca donde una mujer curtida por el sol y de manos toscas y manchadas por el trabajo, le dio un pan recién hecho.
Cuenta la leyenda, que la mendiga se transformó en un ángel que se apareció en la puerta del jardín y les dijo a las princesas.
- Las manos más hermosas son aquellas que están dispuestas a bendecir y ayudar a sus semejantes.

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