Salve María, flor del Carmelo, dulce consuelo del mortal,
guía a tus hijos, madre adorada, a la morada celestial.
guía a tus hijos, madre adorada, a la morada celestial.
Desde los cielos, la Virgen bella nuestra plegaria escuchó,
y compasiva cual tierna madre, llena de gracia descendió.
y compasiva cual tierna madre, llena de gracia descendió.
Su voz divina en nuestras almas vertió el aroma de su amor.
Y en rica prenda, de sus ternuras su escapulario nos dejó.
Y en rica prenda, de sus ternuras su escapulario nos dejó.
Virgen del Carmen, reina del cielo, nuestros acentos ven a oír,
porque tus hijos, tan sólo anhelan, tu dulce nombre bendecir.
porque tus hijos, tan sólo anhelan, tu dulce nombre bendecir.
Solo anhelamos, junto a tu trono, viendo tu rostro siempre vivir:
¡ Virgen del Carmen, Madre querida
Guárdanos siempre junto a Ti !
Guárdanos siempre junto a Ti !
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