Amado Señor, me levanto dándote gracias por el don de la vida y del amor.
Dame hoy la capacidad de saber escucharte con el alma siempre dispuesta
y con el corazón dócil y abierto a tus inspiraciones.
Necesito de tu fuerza y de tu poder para poder sentir con humildad
cada una de las manifestaciones de amor que a diario pones a mi alrededor.
No quiero dejarme llevar, ni confiar solo en mi corazón,
sino que seas Tú siempre mi guía y mi bandera.
Mi Jesús, muchas veces lloro mis pecados,
mis malos deseos me atormentan y angustian mi alma, soy débil,
pero tu Santo Espíritu me anima a levantarme y a seguir adelante.
Eres el amigo que no defrauda. Quiero ser fiel a tu amor, a tu Iglesia.
Quiero confiar plenamente en tu amor que todo lo llena.
Sé que seguirte exige una entrega total y sacrificio de muchas cosas,
pero me acerco a Ti para que limpies mis egoísmos, mi orgullo
y todo aquello que me impida darme por completo.
Te amo, eres el dueño de mi vida, confío en que me bendices en estos momentos,
llenas de felicidad mi vida y aumentas mi confianza. Amén
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