domingo, 27 de octubre de 2019

Prefieres a los humildes

Tú prefieres siempre lo sencillo
Señor, tú te fijas en la anciana que echa una monedita,
en el que ora en el último rincón del templo,
en el que es más sencillo y más pequeño
y nosotros, mientras, queremos parecer grandes,
importantes, los mejores, los principales.
Así de pequeños somos por dentro, Señor,
que necesitamos parecer más de lo que somos,
que por dentro competimos con los demás,
para disimular nuestra fragilidad.
Tú, que conoces cada rincón de nuestra mente,
sabes de nuestra pequeñez y de la necesidad de «presumir»,
que somos competitivos y poco igualitarios.
Haznos, Señor, personas fraternas,
que se saben pequeñas y grandes al mismo tiempo,
que aceptan sus deficiencias como algo humano,
que reconocen sus carencias y sus necesidades
y que saben que dependen de los demás,
igual que los demás necesitan de ellos.
Haznos una gran familia, Señor, de gente sencilla, que se ayuda,
que se complementa, que se apoya, que comparte sus riquezas
y se facilita la vida en las dificultades,
que está atenta a lo que necesita el otro
y que sabe recibir con naturalidad y sencillez.
Haznos como tú, Señor,
pequeños por fuera pero muy grandes por dentro. Amén.

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