Khalil Gilbran
Dos
hombres paseaban por el valle y uno, señalando hacia la montaña, dijo:
-
«¿Ves esa ermita? Allí vive un hombre que hace ya mucho tiempo se apartó del mundo.
Busca a Dios y no le interesa nada más sobre la tierra».
El
otro hombre contesto:
-
«No encontrará a Dios hasta que no abandone su ermita y la soledad que lo envuelve,
y regrese a nuestro mundo a compartir nuestra alegría y nuestro dolor, a bailar
con nuestras muchachas en las fiestas esponsales, y a llorar junto a aquellos que
lloran alrededor del ataúd de nuestros muertos».
El
otro hombre quedó convencido, mas pese a ello, dijo:
-
«Estoy de acuerdo con lo que tú dices, pero creo que el ermitaño es un buen hombre.
Y ¿no podría ser que un solo buen hombre con su ausencia obrara mayores bienes
que la aparente bondad de tanta gente?».
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