martes, 25 de febrero de 2020

Invocación al Padre

Ayúdanos, Padre bueno,
a comprender que nuestro cuerpo es templo tuyo,
y que el Espíritu habita en nosotros.
Que ya no somos nuestros propios dueños,
pues fuiste Tú quien pagó nuestro rescate,
y por tanto, te hemos de glorificar con nuestro cuerpo.
Haz que tengamos un mismo sentir,
que vivamos en paz, para que Tú, Dios del amor y de la paz,
estés con nosotros, y tu amor,
y la comunicación del Espíritu Santo estén en todos nosotros.
Te pedimos, Padre, que derrames sobre nosotros los tesoros de tu bondad;
que tu Espíritu nos llene de fuerza y de energía hasta lo más íntimo de nuestro ser;
que Cristo habite, por medio de la fe, en el centro de nuestra vida;
que el amor nos sirva de cimiento y de raíz.
Tu amor, Padre, un amor que desborda toda ciencia humana 
y nos colma de la plenitud misma de tu ser.
Padre, tú has derramado en nuestros corazones tu amor,
manifestado en Jesucristo, por medio de tu Espíritu Santo;
y nosotros, en comunión con tu Espíritu, con Jesús, nuestro hermano,
te llamamos con el corazón gozoso: ¡Abba, Padre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario