Fernando
Mosteiro
Los discípulos
traviesos colocaron un cubo con agua en precario equilibrio sobre la puerta
medio abierta, para que cayera sobre el primero que la empujase y, así, se rieran
todos. Broma clásica.
Llega el primer
visitante, bien alerta a todo el entorno como buen estudiante de Zen, pasa con
cuidado por la puerta sin empujarla, y el cubo no cae.
"Buen
Zen."
Llega el
segundo, abre la puerta y simultáneamente recoge el cubo en sus manos alzadas
antes de que se derrame el agua.
"Mejor
Zen."
Llega ahora el
Maestro. Entra sin más, empuja la puerta, se remoja de arriba abajo y se ríe a
carcajadas de buena gana.
"Perfecto
Zen."
Bueno, si algún día os cae un cubo de agua
de una puerta, o, simplemente, las cosas no salen todo lo bien que hubiésemos
deseado...ya sabéis una buena carcajada y: "Perfectas Personas"
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