domingo, 23 de febrero de 2020

Perdono, pero no olvido

                 Mari Patxi Ayerra
Tú sabes cómo funciona mi memoria,
y la cuenta que lleva de los fallos que me hacen...
Regálame, Señor, una memoria sana.
Ayúdame a olvidar y no permitas que mi rencor
me deje llevar cuenta de nada.
Líbrame, Tú, de la vanidad exigente,
que me hace regañarme y no aceptarme.
Susúrrame que los fallos son oportunidades para crecer.
Me exijo, y exijo demasiado a los demás.
Dame, Señor, un corazón tolerante para mí y para los otros.
Enséñame a perdonar a tu manera: sin límite.
Jesús, pongo ante Ti los nombres
de todos aquellos que me hicieron algún daño.
Quiero perdonarlos contigo,
y quedarme con el corazón limpio de memorias dolientes.
Vacía mi mente, Señor, de todos los rencores,
que no me quede ni un detalle de dolor,
que acepte todo lo que me dolió como parte de mi historia,
como semilla de lo que hoy soy,
de lo que Tú y la vida habéis hecho conmigo.
Siento, Señor, que eres perdón y que me envuelves.

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