viernes, 24 de julio de 2020

¿Quién merecía el puesto de honor?


Un hombre que pasaba frente a la casa de un amigo notó que la chimenea era recta y que una pila de leña había sido colocada cerca de la estufa.
- Es mejor que construyas otra chimenea con un codo –advirtió al dueño de casa– y retires esa leña; de otra manera puede provocarse un incendio.
Pero el dueño de casa no hizo caso del consejo. Tiempo después la casa se incendió; pero por fortuna los vecinos ayudaron a apagarla. Entonces la familia mató un buey y preparó vino para expresar su agradecimiento a los vecinos.
Aquellos que habían sufrido quemaduras fueron colocados en los puestos de honor; y el resto, de acuerdo a su mérito; pero no se mencionó al hombre que les había aconsejado construir una chimenea nueva.
- Si hubieras aceptado el consejo de aquel hombre –recordó alguien al dueño de la casa–, se habría ahorrado los gastos del buey y del vino y habría evitado el incendio. Ahora estás agasajando a tus vecinos para agradecerles lo que hicieron, pero, ¿es justo olvidar al hombre que te aconsejó reconstruir la chimenea y apartar la leña, mientras tratas a aquellos que sufrieron quemaduras como huéspedes de honor?
El anfitrión se dio cuenta de su error e invitó al hombre que le había aconsejado correctamente. 

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