miércoles, 4 de octubre de 2023

La esposa de Dios

Un niño estaba parado, descalzo, frente a una tienda de zapatos temblando de frío. Una señora se acercó y le dijo:
- Mi pequeño amigo ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?"
- "Le estoy pidiendo a Dios, respondió él, que me dé un par de zapatos".
La señora lo tomó de la mano y entró con él a la tienda. Pidió a un empleado 4 pares de calcetines para el niño y unos zapatos. Preguntó si podría prestarle un barreño con agua y una toalla y llevó al niño a la parte trasera de la tienda. Con cariño lavó los pies del niño y se los secó, luego le colocó los calcetines y los zapatos. Acarició al niño en la cabeza y le dijo:
- "¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!"
Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el niño muy feliz, la tomó de la mano, mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:
"¿Es usted la esposa de Dios?
- "No, respondió la señora, solamente soy una mujer agradecida con lo que él me ha dado".

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