martes, 23 de enero de 2024

Aprendiendo a ser discípulo

              Florentino Ulibarri

Paseando por la orilla del lago, o recorriendo pueblos y ciudades,
o adentrándote en el silencio del desierto,
o deteniéndote en las plazas públicas,
o contemplando las muchedumbres derrengadas,
o invitándote a comer en nuestra casa,
o haciéndote presente en las sendas y encrucijadas
que frecuentamos, y en las que nos perdemos...
nos ves tan atrapados en las redes del ayer y del presente
-en el trabajo, en la familia, en el ocio o en el negocio,
en el paro o en el confort, en el fracaso y en la desilusión,
en los viajes y en las soledades,
en las drogas con nombre o sin él, en las migajas de placer....
Pero Tú nos invitas y llamas a seguirte, 
dejando lo que nos ata libremente,
y ofreciéndonos un nuevo horizonte
si creemos y acogemos el reino que traes.
Y nosotros te escuchamos, y dejando todas las redes,
nos convertimos y nos vamos contigo,
y gustamos tu buena noticia al instante.
Mas al poco tiempo, como casi siempre,
viene la crisis, se nos nubla el horizonte,
nos hacemos reticentes y nos olvidamos de que nos enamoraste.
Pero Tú, que eres fiel,
vuelves a llamarnos por nuestro nombre
y a susurrarnos tus quereres
invitándonos a ser tus seguidores para que vivamos felices.

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