Una vez los árboles se fueron para ungir a uno como su rey. Y dijeron al olivo:
- «Sé tú nuestro rey».
Les respondió el olivo:
- «¿Voy a renunciar a mi aceite, honra de dioses y humanos, para ir a mecerme por encima de los árboles?».
Los árboles dijeron a la higuera:
Los árboles dijeron a la higuera:
- «Ven tú y reina sobre nosotros».
Les respondió la higuera:
Les respondió la higuera:
- «¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto para ir a mecerme por encima de los árboles?».
Los árboles dijeron a la vid:
Los árboles dijeron a la vid:
- «Ven tú y reina sobre nosotros».
Les respondió la vid:
Les respondió la vid:
- «¿Voy a renunciar a mi mosto, alegría de dioses y de humanos, para ir a mecerme por encima de los árboles?».
Todos los árboles dijeron a la zarza:
Todos los árboles dijeron a la zarza:
- «Ven tú y reina sobre nosotros».
La zarza respondió a los árboles:
La zarza respondió a los árboles:
- «Si de verdad venís a ungirme para que reine sobre vosotros, venid y cobijaos a mi sombra. Y si no, que brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano».
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