miércoles, 16 de agosto de 2017

El saco de plumas

Hoy puede ser un buen día para reflexionar sobre algunas de nuestras actitudes.
Somos muy dados a chismorrear, hablar de los demás, juzgando desde parámetros adquiridos, por envidias, inseguridad, falta de autoestima, complejos y sobre temas o personas que desconocemos. Desde esos prejuicios que nos hacen creer que nuestra percepción es la única verdad, dando valor a lo que nos cuentan aquellos que son igual que nosotros, olvidando que generalmente las apariencias engañan y que detrás de cada historia existen motivos y razones que no tenemos por qué entender.
Cada vez que escuchamos y hablamos de los demás es como echar “plumas al viento”.
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
- Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?
A lo que el hombre respondió:
- “Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas por donde vayas”.
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo:
- “Ya he terminado”.
A lo que el sabio contestó:
- “Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas”.
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
- “Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste”.

“Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario