domingo, 19 de noviembre de 2017

Oración del payaso

Señor: Soy un trasto, pero te quiero;
te quiero terriblemente, locamente,
que es la única manera que tengo yo de amar,
porque ¡sólo soy un payaso!
Ya hace años que salí de tus manos lleno de talentos y dones, 
equipado con todo lo necesario para vivir y ser feliz
–tu amor, tu caja de caudales, tus proyectos,
tus sorpresas y regalos de Padre–.
Pronto, quizá, llegue el día en que vuelva a ti...
Mi alforja está vacía, mis pies sucios y heridos,
mis entrañas yermas, mis ojos tristes,
mis flores mustias y descoloridas.
Sólo mi corazón está intacto...
Me espanta mi pobreza pero me consuela tu ternura.
Estoy ante ti como un cantarillo roto;
pero, con mi mismo barro, puedes hacer otro a tu gusto...
Señor: ¿Qué te diré cuando me pidas cuentas?
Te diré que mi vida, humanamente, ha sido un fallo;
que he perdido todo lo tuyo y lo mío,
y me he quedado sin blanca;
que no he tenido grandes proyectos,
que he vivido a ras de tierra, que he volado muy bajo,
que estoy por dentro como mi traje, cosido a trozos, arlequinado.
Señor: Acepta la ofrenda de este atardecer...
Mi vida, como una flauta, está llena de agujeros...,
pero tómala en tus manos divinas.
Que tu música pase a través de mí
y llegue hasta mis hermanos los hombres;
que sea para ellos ritmo y melodía
que acompañe su caminar,
alegría sencilla de sus pasos cansados...

No hay comentarios:

Publicar un comentario