domingo, 14 de enero de 2018

Verdadera necesidad

Un hombre había llegado a su madurez, tenía una sólida estabilidad económica y su familia ya no lo necesitaba. Por todo ello decidió que era el momento de dedicarse a la vida espiritual y a la búsqueda de Dios, así que fue a visitar a un santo ermitaño del que había oído hablar mucho y muy bien.
Y cuando llegó a su lado, le dijo:
- Hombre santo, deseo encontrar a Dios.
El hombre santo le respondió:
- Para encontrar a Dios hace falta un requisito, sólo uno, pero muy importante.
El hombre le preguntó:
- ¿Cuál es?
El ermitaño respondió:
- Ven y lo verás.
Ambos hombres caminaron hasta una cercana poza. El hombre santo ordenó a su visitante que se agachara, y cuando lo hizo lo cogió del cuello y sumergió su cabeza en el agua con fuerza, hasta que estuvo al borde de la asfixia. Cuando estaba a punto de ahogarse, el santo sacó la cabeza del hombre y le preguntó:
- Cuando tenías la cabeza bajo el agua, ¿qué es lo que sentías?, ¿qué era lo más importante para ti?
El hombre, como pudo, contestó:
- Tenía absoluta necesidad de aire, lo más importante para mí era el aire, sin aire iba a morir.
El hombre santo lo miró y le dijo:
- Pues cuando Dios sea para ti una absoluta necesidad, cuando sea lo más importante en tu vida, cuando te sientas morir sin Él, entonces podrás encontrarlo.

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