Bozo era un elefante enorme, hermoso y
amable. Pero un día, nadie sabe por qué, cambió. Casi mata al hombre que limpiaba
su jaula. Se enfadaba con los niños en el circo. Su dueño pensó que había
llegado la hora de deshacerse del elefante. Para comprar un nuevo elefante, el
dueño organizó una gran exhibición en la cual se ejecutaría a Bozo.
Antes de que dispararán, un hombre se acercó
y le dijo:
- Señor, esto no es necesario. No es un mal elefante.
- Sí, le contestó, y tenemos que matarle antes de que mate a alguien.
- Señor, concédame estar con él en su jaula y le demostraré que está equivocado.
- Señor, esto no es necesario. No es un mal elefante.
- Sí, le contestó, y tenemos que matarle antes de que mate a alguien.
- Señor, concédame estar con él en su jaula y le demostraré que está equivocado.
Después de una larga conversación le permitieron
entrar en la jaula del elefante que resoplaba y trompeteaba con fuerza. Antes
de que el elefante le embistiera, el hombre comenzó a hablarle. Bozo se calmó
inmediatamente. El extraño se acercó a Bozo y acarició su trompa. El gran elefante
lo envolvió suavemente con su trompa, lo levantó y le dio unas vueltas alrededor
de la jaula antes de dejarlo cuidadosamente junto a la puerta. Todos
aplaudieron. Cuando salió de la jaula le dijo a su guardián:
- Como ves es un buen elefante. Su problema es que es de la India y sólo entiende un idioma. Necesita a alguien que hable su idioma”.
- Como ves es un buen elefante. Su problema es que es de la India y sólo entiende un idioma. Necesita a alguien que hable su idioma”.
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