Alegrémonos todos en el Señor al celebrar
este día de fiesta en honor de san Fermín, obispo y mártir;
los ángeles se alegran con nosotros
y alaban a una al Hijo de Dios.
Señor, Dios nuestro, que coronaste
de inmortalidad al Obispo san Fermín,
porque anunció tu palabra
y sostuvo el combate de la fe hasta el martirio:
concédenos, que, pues celebramos su triunfo,
alcancemos también su mismo premio.
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