La aurora tiñe de purpura el cielo,
resuena en los aires el eco de las alabanzas,
el mundo triunfante se alegra,
tenebroso el infierno brama.
Mientras el rey, Cristo, libra a todos
de la cárcel tenebrosa que es la muerte
y nos conduce a la vida.
Una piedra sellaba su sepulcro,
muchos guardias lo custodiaban,
pero Él triunfa glorioso
y de la muerte se levanta.
No más lutos, ni llantos ni pesares,
Resucitó, resucitó.
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