J. R. Ayllón
Cada
vez que una persona, en contra de lo que debe hacer, cede a las pretensiones de
su pereza, de su estómago o de su mal carácter, debilita su voluntad, pierde
autodominio y reduce su autoestima.
Unas
viñetas de Mafalda dibujan perfectamente esta situación.
Felipe
encuentra en su camino una lata vacía y siente el deseo de pegarle una patada.
Pero piensa interiormente: "¡El grandullón pateando latitas!". Y pasa
de largo, venciendo lo que él mismo juzga un impulso infantiloide.
El
problema es que, a los pocos metros, da la vuelta y suelta la tentadora patada.
Ésta es su segunda reflexión: "¡Qué desastre! ¡Hasta mis debilidades son
más fuertes que yo!".
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