Grupo Kairoi
Señor,
no soy nada.
¿Por
qué me has llamado?
Has
pasado por mi puerta
y
bien sabes que soy pobre y soy débil.
¿Por
qué te has fijado en mí?
Me
has seducido Señor con tu mirada.
Me
has hablado al corazón y me has querido.
Es
imposible conocerte y no amarte.
Es
imposible amarte y no seguirte.
¡Me
has seducido Señor!
Señor,
yo te sigo y quiero darte lo que pides
aunque
hay veces que me cuesta darlo todo.
Tú
lo sabes, yo soy tuyo. Camina, Señor, junto a mí.
Señor,
hoy tu nombre es más que palabras:
es
tu voz que hoy resuena en mi interior
y
me habla en el silencio.
¿Qué
quieres que haga por ti?
No hay comentarios:
Publicar un comentario