Javier Methol
Ayuna
de palabras hirientes. Y transmite palabras bondadosas.
Ayuna
de descontento. Y llénate de gratitud.
Ayuna
de enojos. Y llénate de mansedumbre y paciencia.
Ayuna
de pesimismo. Y llénate de esperanza y optimismo.
Ayuna
de preocupaciones. Y llénate de confianza en Dios.
Ayuna
de quejarte. Y llénate de las cosas sencillas de la vida.
Ayuna
de presiones. Y llénate de oración.
Ayuna
de juzgar a otros. Y descubre a Jesús que vive en ellos.
Ayuna
de tristeza y amargura. Y llénate de alegría el corazón.
Ayuna
de egoísmo. Y llénate de compasión por los demás.
Ayuna
de falta de perdón. Y llénate de actitudes de reconciliación.
Ayuna
de palabras. Y llénate de silencio y de escuchar a otros.
Si
todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se irá inundando
de
paz, de amor, de confianza......
¿TRATAMOS
DE AYUNAR ASÍ?
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