El zorro
mutilado
Un hombre que paseaba por el bosque
vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba
cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en
su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el
zorro.
Al día siguiente Dios volvió a
alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El hombre comenzó a maravillarse
de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo:
- «Voy también yo a quedarme en un
rincón, confiando plenamente en el Señor, que Él me dará cuanto necesito.»
Así lo hizo durante muchos días; pero
no sucedía nada. El pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando
oyó una Voz que le decía:
- «¡Oh tú, que estas en la senda del
error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de
imitar al pobre zorro mutilado.»
La niña aterida de frío
Por la calle vi a una niña aterida y
tiritando de frío dentro de su ligero vestidito y con pocas perspectivas de
conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios:
- «¿Por qué permites estas cosas? ¿Por
qué no haces nada para solucionarlo?»
Durante un rato, Dios guardó silencio.
Pero aquella noche, de improviso, me respondió:
- «Ciertamente que he hecho algo... Te
he hecho a ti.»
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