Señor, desde el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fortaleza.
Quiero mirar hoy el mundo con unos ojos llenos de amor;
quiero ser paciente, comprensivo y amable.
Quiero ver, más allá de las apariencias,
a tus hijos, mis hermanos, tal como tú los ves,
para no mirar nada más que lo bueno de cada uno.
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