miércoles, 7 de febrero de 2018

Se necesitan padres

Una joven pareja entró en el mejor comercio de juguetes de la ciudad.
Hombre y mujer se entretuvieron en mirar sin prisas los juguetes alineados en las estanterías, colgados del techo, en alegre desorden sobre las mesas. Había muñecas que lloraban y reían, juegos electrónicos, cocinas en miniatura donde se hacían tartas y pasteles. No llegaban a decidirse. Se les acercó una dependienta muy simpática.
- Mire -explicó la mujer-, nosotros tenemos una niña muy pequeña, pero estamos casi todo el día fuera de casa y, a veces, hasta de noche.
- Es una cría que apenas sonríe -dijo el hombre.
- Quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz -añadió la mujer-, incluso cuando no estuviéramos nosotros... Algo que le diera alegría incluso cuando esté sola.
- Lo siento -sonrió la dependienta con gentileza-, pero aquí no vendemos padres.

Si unos padres no están dispuestos a perder el tiempo jugando con sus hijos, no pueden ser unos buenos padres. Aunque se desvivan trabajando para pagarles los mejores cursos y los mejores colegios… Es necesario la presencia y los gestos que vayan calando…

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