lunes, 19 de marzo de 2018

Cuando Dios creó a los padres...


Cuando Dios creó a los padres, comenzó con una talla grande. Un ángel se le acercó y le dijo:
- "¿Qué clase de padre es ese? ¿Si estás haciendo niños tan pequeños, por qué pones al padre tan alto? No podrá jugar a las canicas sin arrodillarse, arropar a un niño en cama sin torcerse la espalda, o besar a un niño sin encorvarse."
Dios sonrió y dijo:
- "Sí, pero si le hago del tamaño de un niño, ¿Cómo tendrían que crecer los niños?"
Cuando Dios hizo las manos del padre, éstas eran grandes. El ángel agitó su cabeza y dijo:
- "Las manos grandes no pueden sujetar un pañal, abrochar botones pequeños, poner una tirita, o quitar astillas después de haber jugado en el campo."
De nuevo Dios sonrió y dijo:
- "Lo sé, pero son lo suficientemente grandes para sostener todo lo que un muchacho pequeño vacía de sus bolsillos, y bastante pequeñas para acariciar la cara de un niño con una sola de ellas."
Entonces Dios modeló las piernas largas delgadas y los hombros anchos.
- "¿Te has dado cuenta que has hecho un padre sin regazo?," le dijo el ángel susurrando. A lo que Dios dijo:
- "Una madre requiere un regazo. Un padre necesita hombros fuertes para empujar un trineo, ayudar a un muchacho en una bicicleta, o sostener una cabeza soñolienta de un pequeño como un malabarista."
Cuando Dios estaba en medio de la creación se vieron los pies más grandes vistos hasta entonces. El ángel no pudo contenerse más:
- "Esto no es posible. ¿Crees que esos pies van a llegar rápido a la cama del bebé cuando llore por la noche, o andar en una fiesta de cumpleaños sin pisar a los pequeños invitados?"
Y Dios dijo:
- "Trabajarán. Ya lo verás. Soportarán y tendrán la fuerza para pedalear con un niño pequeño en bicicleta por la montaña o asustarán ratones en la cabaña de verano, y mostrarán al pequeño el desafío de llenar esos zapatos."
Dios trabajó toda la noche, dio al padre pocas palabras, pero una voz firme para mostrar autoridad; ojos que ven todo, pero con calma y tolerancia. Lo dotó también de una gran sabiduría para educar a sus hijos y tomar las decisiones correctas
Finalmente, agregó lágrimas. Entonces volvió al ángel y Dios le dijo:
- "¿Ahora estás satisfecho? ¡Puede amar intensamente como lo hace una madre!"
El ángel no dijo más.

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