jueves, 18 de octubre de 2018

El increíble superpoder

Todos los superniños se habían reunido con urgencia: la galaxia vecina necesitaba que eligieran al mejor para enviarlo a luchar contra los malos. Pero estaba resultando difícil.
- Para acabar con los malos hay que verlos a través de las paredes, y pillarles en ese momento -decían los niños con supervisión.
- Nada de eso. Solo yendo rápido se puede conseguir que los malos no escapen -respondían los que tenían supervelocidad.
- Siempre escapan volando. Sin volar no se puede ser el mejor súper -decían los que volaban.
- Nada de eso sirve sin fuerza -respondían los superforzudos.
… Y así siguió la discusión por mucho tiempo. Hasta que apareció el niño supersabio acompañado por otro niño muy normalito. Era pequeño, delgaducho, y además no llevaba ningún traje especial.
- Este superniño resolverá el problema -dijo muy seguro.
- ¿Sí? Eso no hay quien se lo crea ¿Qué poderes tiene? ¿Es fuerte? ¿Es rápido? ¿Tiene armas secretas? ¿Pero cómo va a luchar contra los malos? -preguntaban un poco enfadados.
- Pues no sé qué hace -respondió supersabio- pero funciona.
Todos protestaron, pensando que era una broma, y la discusión prosiguió entre gritos.
Pero algún extraño poder debía tener aquel niño. Porque unas horas más tarde los superniños ya no discutían y celebraban que se habían puesto de acuerdo para enviar al niño a la galaxia vecina.
En la galaxia vecina lo recibieron extrañados: nunca habían visto un superniño con tan pocos poderes. Además, se pasó semanas sin atrapar un solo malo. Entonces decidieron expulsarlo, pero acudió tanta gente a despedirlo que los jefes pensaron que algo raro pasaba. Llamaron a las cárceles, donde les contaron que estaban casi vacías. La policía explicó que casi no había delitos, y por eso no había detenciones.
El superpoder secreto había vuelto a funcionar. Quedaban tan pocos malvados, que la Liga de los Villanos Incorregibles secuestró al niño para averiguar de dónde salían sus poderes.
- Yo no tengo ningún poder -dijo el niño-. Solo intento que la gente esté mejor: ayudo cuanto puedo, comparto mis cosas, perdono rápido, sonrío siempre…
Mientras hablaba con los villanos estuvo haciendo malabares, repartiendo golosinas y abrazos, contando chistes, curando heridas, preparando la cena, ayudando aquí y allá… Los villanos se sentían tan a gusto con aquel niño que ninguno de ellos se acordó de salir a hacer el mal… Pronto todos empezaron a comprender en qué consistía el increíble superpoder de aquel niño tan normalito.
Y así siguió el niño: cambiando el mundo sin atrapar ningún malvado. Le bastaba con ayudarlos a sentirse mejor para que dejaran de querer ser malos. Su secreto funcionaba tan bien que los demás superniños terminaron olvidándose de sus otros poderes para aprender a usar ese nuevo poder tan especial.
Por eso los niños ya no tenéis superpoderes ¿Qué falta os hacen, si tenéis el más valioso de todos? Vosotros podéis alegrar el día a cualquiera.
Eso sí. No dejéis de usarlo ¡La galaxia os necesita!

No hay comentarios:

Publicar un comentario