jueves, 9 de mayo de 2019

Amigos


                       Sebastián Dozo Moreno  

Una noche, tres amigos ascendían por la pendiente del Monte Sinaí, esperando llegar a la cima antes del amanecer. Estaban ansiosos por respirar el aire en el que habían sonado las voces de Dios y de Moisés cientos de años atrás.
- "Hagamos un alto para reponer fuerzas", propuso el de más edad al llegar a una planicie del Monte, y los otros dos asintieron. Encendieron un fuego, repartieron pan y queso de cabra, y llenaron sus copas de vino de Grecia.
- "Amigos míos -dijo el más joven- ¿Cómo os imagináis el Paraíso?". Y antes de que alguien pudiera responder, él mismo habló de este modo: "Yo me lo imagino como un lugar con mujeres siempre jóvenes, banquetes inacabables, siestas profundas sin sueños ni sobresaltos".
Al oír esto, otro se entusiasmó y dijo:
- "Para mí el Paraíso es un lugar con una eterna primavera, ríos de agua cristalina, montañas de roca de cristal, amaneceres que duran un año entero, y aldeas tranquilas en las que habitan los grandes hombres de la historia para ir a conversar con ellos cuando me plazca".
- "¿Y tú?", preguntó el más joven al de más edad, que había oído sonriente y en silencio el relato de sus compañeros de aventura:
- "Yo imagino el Paraíso como una planicie del Monte Sinaí, en la que tres buenos amigos se detienen, encienden un fuego, se sientan a su alrededor, saborean el pan y el queso, beben vino griego y hablan del Paraíso a la luz de las estrellas".

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