sábado, 7 de marzo de 2020

El espejo


Había una exposición de pinturas en una gran ciudad. Como sucede en esas exposiciones, hay muchos que van para pasar por entendidos en arte o para exhibirse. En la antesala de la exposición a la que nos referimos, habían colocado un gran espejo, tal vez para ayudar a los visitantes a arreglarse después de haber caminado por las agitadas calles. Uno de los primeros visitantes fue una señora bien vestida y muy maquillada. Al encontrarse de frente con el gran espejo, se llenó de indignación y comenzó a protestar:
– ¡Mirad eso! ¡Ya se ve por la muestra, que tipo de exposición va a ser esta. Mirad ese fantasma, ese espantajo en el cuadro!
Cuando le dijeron que aquello era simplemente un espejo, se llenó de vergüenza. Pero ya era tarde. El engaño se explica: Después de cierta edad, la mujer había dejado de mirarse al espejo.

Quien pasa mucho tiempo sin hacer una revisión de vida, es como el que pasa años enteros sin mirarse al espejo. Cuando lo hace, no se reconoce. ¿Acostumbras pensar en tu vida, o sólo en la de los demás?
A veces hace falta detenerse un poco para que la gente se ubique, comparar los relojes, corregir el rumbo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario