Dios de bondad y misericordia,
Te damos gracias por el don de nuestros mayores,
que nos han legado el preciado tesoro de la fe
cuidándolo con solicitud inquebrantable
como discípulos y testigos del Señor Jesús.
Ellos son modelo y estímulo en nuestra vida,
pozo de sabiduría y ciencia, de fortaleza y piedad.
Dígnate bendecir sus vidas con tu diestra,
para que nuestra sociedad entera, y cada uno de nosotros,
reconozcamos su dignidad,
estimemos y aprovechemos su riqueza,
cuidemos de sus vidas
y seamos comprensivos con sus debilidades.
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