viernes, 1 de enero de 2021

Leyenda del romero

Dicen que cuando la Sagrada Familia huyó a Egipto con María llevando en sus brazos al niño Jesús, las flores del camino se iban abriendo a medida que pasaban por ellas.
El Lila alzó sus ramas orgulloso y emplumado, el lirio abrió su cáliz.
El Romero sin pétalos ni belleza, se entristeció al no poder complacer al Niño.
Cansada, María se detuvo al borde del río y mientras el niño dormía, lavó su ropita.
A continuación miró alrededor, buscando un lugar para extenderlas.
El lirio se rompería con el peso y el lila era demasiado alto.
Las puso entonces sobre el romero y él suspiró de alegría, agradeció de corazón la nueva oportunidad y las mantuvo al sol durante toda la mañana.
- Gracias, amable romero! Dijo María, de aquí en adelante ostentarás flores azules para recordar el color del manto que llevo puesto.
Y no son sólo flores te doy en agradecimiento, sino que todas las ramas que han sostenido la ropa del Niño Jesús serán aromáticas.
"Bendigo hoja, tallo y flor, que a partir de este instante tendrán el aroma de santidad y aportarán alegría"

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