El asceta dijo:
– Mirad, yo lo que acostumbro a hacer es trazar un círculo en el suelo y lanzar las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo me las quedo para mis necesidades y las que caen fuera del círculo se las ofrendo al Divino.
Entonces intervino el peregrino para explicar:
- Sí, también yo hago un círculo en el suelo y procedo de las misma manera, pero, por el contrario, me quedo para mis necesidades con la monedas que caen fuera del círculo y doy al Señor las que caen dentro del mismo.
Por último habló el brahmín para expresarse de la siguiente forma:
– También yo, queridos compañeros, dibujo un círculo en el suelo y lanzó las monedas al aire. Las que no caen, son para Dios y las que caen las guardo para mis necesidades.
El Maestro dice: Así proceden muchas personas que se dicen religiosas. Tienen dos caras y una es todavía más falsa que la otra. Y tú… ¿a quién te pareces más en tu relación con Dios?
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